Son motocicletas que no destacan en ningún campo excepto en el de la polivalencia, ya que cumplen con todo lo que se les exige.

Para conseguir esto necesitan ser altas, para pasar por “lo marrón”, pero tampoco tanto como para ser excesivamente incómodas o agresivas. Disponen de ruedas de igual o mayor diámetro que las de carretera, pero no siempre llegan a los extremos de una off-road pura, ni son tan estrechas como éstas últimas. Las suspensiones tienen mas recorrido que una de asfalto y un tarado menos firme, igualmente no lo medimos por Kilómetros como en la off-road.

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Ya habéis visto que son un término medio, incluso en sus motorizaciones, la ligereza de un uso en montaña no es tan importante, ni lo es la potencia en carretera.

Aquí encontramos múltiples configuraciones de motor, mono, bi, tri… Suelen ser las monocilíndricas las más ligeras y por tanto, mejor adaptadas a la vida por campo, a costa de sacrificar calidad de rodadura en asfalto.

Las bicilíndricas, especialmente de moda en los últimos años, se suelen acercar mucho a una de asfalto vestida de montaña. Tampoco es mala la idea, ofrecen una comodidad exquisita que enamora a los mas aventureros, a cambio de sacrificar prestaciones off-road. Hemos de pensar que éstas denominadas maxi-trail, pueden pasar de largo los 200Kg y si le añadimos las ruedas de dimensiones “asfálticas”, la conducción por lo marrón, está reserva a los más hábiles. No obstante, ésta mezcla de estilos suele traer consigo una eficiencia en carreteras degradadas, fuera de lo imaginable, pensemos en motores de mucho par, neumáticos asfálticos y suspensiones con tarados poco firmes, ufff no hay bache que se resista.

Ciertamente los usuarios, de todas las trail, suelen estar muy satisfechos, les permiten ir cada día a trabajar, por la jungla de asfalto y también escaparse el fin de semana a buscar junglas lejanas.

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